viernes, 20 de julio de 2012

Descanso

Hasta el lunes no me reúno con el grupo. Sin embargo van a estar revoloteando por mi cabeza. Algunos, pienso yo, pasaran un fin de semana rutinario que se perderá en la memoria con el paso del tiempo. Pero otros, los menos, puede que se la jueguen, que arriesguen demasiado, que sus demonios aun tengan demasiada voz. Y de esos siempre hay alguno que se me queda anclado... ¿Que puedo yo hacer? Desde la distancia, con la única arma de mi voz a través del teléfono. Cuanto me cuesta aceptar que nada. Que mi trabajo empieza y acaba en el grupo de terapia. Que el trabajo es de ellos. Buenas noches.

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