lunes, 29 de julio de 2013

Me encantaría salir un día a la calle y seguir al primero que viese. Pero a pecho descubierto. Y entrar en dónde entrase. Y preguntarle porque todo el tiempo.

Hay un señor aleman que escribe cosas como que si no estas seguro que tu mano es tuya que la mires desde mas cerca y entiendo que se piense pues ya son ganas de pensar pero tendreís que entender que tiene un punto.

Hoy he ido a comer con una gran sensacion de plenitud. Un paciente mio ha encontrado trabajo, sin querer comparto su ilusión. Un señor se ha animado a dejar de drogarse con nuestra ayuda. Comparto su ilusión. Sin querer, pero es que me entra. Me pongo de buen humor.

Pero a la vuelta todo no ha sido tan bueno. Y me he enfadado. Y me he preocupado. Y no he entendido. Y no me han entendido. Y no ha podido ser. No he sido perfecto. Y a veces, aún, tengo esa losa que tenemos los neuróticos que nos chilla que si no somos perfectos es por que no valemos la pena y sabemos que es mentira pero sentimos que es verdad.

Yo voy a coger esta cosa y voy a ver si mirándola de más cerca veo otra cosa.

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