¿Quién quiere hablar?

La ira esconde el miedo y este a la verguenza de uno mismo. Y asi, cual muñeca rusa, vamos interviniendo en terapia.

Hoy he pedido disculpas, perdón, una vez más... Que miedo tengo, a veces, de que esta tranquilidad cese, y cesará, como la noche sigue al día.

Pero ahora, hoy, aqui, todo está bien. Y yo me alegro, y yo lo disfruto, y yo me enorgullezco del trabajo que estamos haciendo, juntos, los pacientes, Marta y yo. Y las niñas. Y Diego. E Iria. Y Alicia. Gracias.

Buenas noches. Felices fiestas sin.