Todos los años veo como hacia finales de noviembre el alcoholico empieza a enloquecer, como hombre lobo en luna llena. Es impresionante. Pasa. Siempre.
Es una locura gradual que va cobrando fuerza exponencialmente. Ahora, este fin de semana, están enajenados. Quieren beber y no lo saben.
No hay comentarios:
Publicar un comentario