domingo, 4 de noviembre de 2012

La noche está tan callada que mi teclado grita al funcionar.

Llueve en la calle, llueve en la sala de terapia y llueve en mi. Llueve.

Estoy empapado aunque me veas seco. Contento. Lloroso. Se puede estar así, lo sabes, lo sé.

Es trasnoche de sábado, ahi está el domingo familiar con hermanos y hermanas y padres y sobrinos y tal para cual. Llueve. Y como siempre en algún momento parará.

Buenas noches.

1 comentario:

  1. Sin embargo Onetti terminaba su novela diciendo: "llovera siempre".

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