miércoles, 8 de agosto de 2012

Confianza

Dos consultas. Una terapia de grupo. Una consulta. Siete llamadas de telefono a clientes.

¿Clientes? En realidad si, aunque reconozco que es influencia de mi formación británica, en toda la literatura anglosajona se les llama así. Aqui hay a gente que no le gusta, que le parece frio, distante, se sienten más cercanos si se les llama pacientes. Patrañas. Yo estoy cerquísima de mis clientes. Vivo más pendientes de ellos que muchos doctores de sus pacientes. Pero me pagan. Hay transacción económica. Son clientes. Muy bien y cariñosamente atendidos, pero clientes.

Hoy por la noche me ha llamado uno. (Habíamos tenido una consulta dura). Me ha dado las gracias. Me dijo que estaba perdiendo la confianza en mi. Me dijo que había esatado a punto de abandonar el tratamiento. Me dolió.

Me ha dicho que ha recuperado su confianza. Me lo agradece, yo se lo agradezco a él. Me importa. El que una persona confíe en mis consejos y se deje guiar por mi... me enorgullece. Gracias.

Buenas noches.

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